25/01/2021 | 2 minutos de lectura
Si el año pasado nos puso a prueba y estresó a las organizaciones para adaptarse de manera ágil al nuevo escenario, este 2021 es el año en que veremos quiénes lograron sortear con éxito la prueba y quiénes están en riesgo de ver seriamente afectado su negocio.
Seguramente, será la última oportunidad para que las empresas que no han podido hacer cambios con el éxito y la rapidez que los tiempos actuales exigen enmienden el rumbo.
Pero, claro, ese cambio de ruta exige liderazgos efectivos y adecuados al entorno actual que sean capaces de tomar decisiones disruptivas y generar adhesión entre quienes componen la organización.
En los últimos meses, hemos visto que lo anterior se ha hecho especialmente evidente en rubros como el retail, consumo masivo, bienes de lujo, servicios relacionados con tecnología, transporte aéreo, gastronomía y hotelería, por nombrar sólo algunos.
A pesar de lo anterior, y según una encuesta realizada por Icare en el marco de la reciente Enade, casi dos tercios del empresariado (64,4%) ve mejores perspectivas para sus compañías para este 2021.
Efectivamente, el inicio de la vacunación y una mayor claridad del proceso constituyente -entre otros factores- son señales alentadoras y que nos presentan un panorama más optimista desde el punto de vista de la reactivación económica.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que este dinamismo se dará en un escenario completamente diferente al que teníamos antes de la pandemia. Los directorios y liderazgos a nivel de la administración adquieren una especial relevancia por cuanto de ellos depende que las empresas sean capaces de enmendar el rumbo, lo que en algunos casos implica tomar decisiones drásticas para hacer cambios en los procesos internos con la profundidad, agilidad y eficacia que las circunstancias actuales exigen.
Es por ello que la conformación de estas instancias es hoy un tema crítico. Si antes el foco era mantener y custodiar la salud financiera de la compañía y aportar con una mirada de largo plazo, hoy ese rol va mucho más allá. Miradas cuestionadoras, que sean capaces de tomar decisiones difíciles y de tener en cuenta elementos del entorno, los cambios sociales y de hábito en los consumidores son hoy elementos que se requieren a nivel de gobiernos corporativos y que pueden marcar la diferencia.
A nivel administrativo, la clave son los liderazgos transversales y que sean capaces de conformar equipos más horizontales y autónomos, de manera de poder adaptarse casi en forma instantánea a las necesidades cambiantes de esta nueva realidad. El dicho “en la cancha se ven los gallos” cobra hoy más relevancia que nunca. Este 2021 se verá con más claridad que nunca qué organizaciones lograron adaptarse y cuáles tendrán que pagar los costos de una reacción tardía.
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