22/11/2021 | 2 minutos de lectura


Autor: Ornella Bono, Directora y socia fundadora de Humanitas/ Cornerstone International Group

Hace unas semanas partió quien fuera columnista de Pulso, además de nuestra Presidenta y fundadora, Alejandra Aranda Hernández. Durante años, las líneas que llenaron este espacio de opinión fueron plasmando uno de sus grandes legados: la responsabilidad que tienen las empresas y sus líderes en el desarrollo de la sociedad en que se desenvuelven, adoptando un rol activo en la discusión de temas de políticas públicas. Hoy, en el escenario político, económico y social que vivimos a nivel local y mundial, se hace aún más pertinente destacar su ejemplo. Alejandra no sólo fue una profesional excepcional, sino que fue más allá, tomando como un compro- miso personal el aportar a la discusión de temas relevantes para el desarrollo país, siempre desde una perspectiva profesional.

La diversidad, la equidad de género, la relación de las organizaciones con el entorno, la irrupción de nuevas tecnologías y los nuevos liderazgos que se van perfilando en un entorno de cambios tan permanentes como profundos, fueron sus principales focos de interés. En todos ellos buscó aportar con una visión distinta, disruptiva y, a veces, provocadora. Focos que en Humanitas abordamos tanto en nuestro propósito como en los hechos. Así, durante los años en que formamos parte del equipo de búsqueda de directores independientes, se nombraron más mujeres que hombres, más directores de regiones y profesionales con trayectorias menos tradicionales, todos con un claro énfasis en aumentar la diversidad más allá del género. Asimismo, durante su período como consejera en el SEP (Sistema de Empresas Públicas) aumentó la presencia de mujeres en los directorios de un 30% a un 49%, un logro colectivo -sin duda- en el que ella fue una pieza fundamental.

Este “rol social” (como ella misma lo definió) es hoy, probablemente, el factor más relevante en la definición del liderazgos de ejecutivos y directores que buscan darle sustentabilidad a sus empresas. Alejandra siempre recomendaba que las organizaciones debían pensarse y liderarse más allá del negocio de corto plazo y asumiendo que tarde o temprano todas terminan, “saltando a la cancha del ojo público”. Por eso, para las empresas que de verdad quieren tener un propósito y legitimidad ante la opinión pública, se requiere de nuevos perfiles profesionales y talentos con ese rol social, transformando el discurso en realidad, tal como lo hizo ella. Gracias Alejandra, tu legado y amor por tu familia siempre nos acompañará y estará presente entre quienes tuvimos la oportunidad de conocerte.

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